En la cadena de suministros de mercancía, uno de los puntos clave es el almacenaje, ya que este determina la existencia de un stock de productos disponibles, para cumplir con una demanda. Si bien, el almacenamiento consiste en guardar la mercancía en un lugar óptimo para su conservación, en realidad también es la clave para controlar los procesos de la logística para organizar el traslado de los productos hasta sus puntos de venta.

En realidad, el almacenaje consiste en colocar las mercancías en un almacén que funciona como depósito y está 100 % acondicionado para su conservación. El objetivo principal de la logística es utilizar el espacio disponible para el almacenamiento de la mercancía, y previamente se debe realizar un análisis de los parámetros, como superficie, volumen, temperatura, humedad, etc. El almacenaje va perfectamente empatado con la superficie disponible para colocar los productos, se mide en metros cuadrados, y se resta el total de la superficie la zona destinada para recibir la mercancía, empaquetarla y expedirla.